Thursday, May 27, 2010

Ayúdame, Lady Gaga

Allá para los años setenta, cuando estaba en su apogeo Farrah Fawcett, la estrella de "Charlie’s Angels" aparecía constantemente en las portadas de cada revista y en las páginas de farándula de los periódicos.

Tan omnipresentes eran su sonrisa ‘king size’ y su melena desbordante, de hecho, que una revista de entonces, New Times -que era de todo, menos de farándula-, decidió dedicarle un día su portada.

Allí aparecieron aquellos dientes, blancos como la nieve, y aquel peinado que le irradiaba luminosamente de la cabeza.

Allí estaba también su nombre, Farrah Fawcett, en letras enormes.

Sin embargo, si uno se fijaba bien en las letras pequeñitas que habían colocado encima del título, se leía más o menos lo siguiente: "En esta edición, absolutamente nada sobre ¡FARRAH FAWCETT!"

Lamentablemente, New Times no duró mucho -expiró antes de que concluyeran los años setenta, mucho antes de que Farrah probara que en efecto sí era una buena actriz y, obviamente, mucho antes de que muriera de cáncer el año pasado.

Pero, últimamente he vuelto a desear su reaparición. En particular, para que me bregue con el caso de Lady Gaga.

Admito que no es mucho lo que sé de ella, aparte de haber visto uno que otro vídeo suyo en los que se destacan su poca ropa, su vocesita común y corriente y, según parece, un gusto nefasto en lo que a pelucas se refiere.

En fin, que Lady Gaga reúne todo lo que pueda desear un hombre más o menos inteligente en estos comienzos del siglo 21.

Por consiguiente, todos estos atributos la han convertido en una celebridad mundial, en una nueva versión -no sé si mejorada- de Madonna. Tan así que ha desplazado de los primeros lugares de las listas de ‘hits’ de internet a Paris Hilton, Amy Winehouse o hasta a Lindsay Lohan, otras divas recientes que parecen andar felizmente por la vida deslizándose de escándalo en escándalo.

Hoy en día, no importa lo que haga o deje de hacer Lady Gaga… se vuelve noticia:

"Lady Gaga luce envejecida", decía un titular los otros días.

Otros, que yo recuerde: "Lady Gaga piensa en el retiro", "Lady Gaga admite que es bisexual", "Acusan de ladrona a Lady Gaga", "Lady Gaga se cae de fondillo en el escenario", "Lady Gaga quiere tener hijos", "Lady Gaga quiere diseñar sombreros" y, por último, "Lady Gaga quiere tener hijos con sombreros".

Está bien, esto último fue una invención mía, pero poco faltaba.

Y, ¿saben qué? Es una enfermedad contagiosa. Adictiva. Yo sé muy bien que la cosa apenas está comenzando, pero ya estoy teniendo problemas para controlar la situación. Cada día, cuando me despierto, en lo primero que pienso no es "¿Qué ropa me voy a poner hoy pa’l trabajo?" o "¿Habrá terminado la huelga de la Universidad?".

Oh, no. Más bien las preguntas que me atormentan el cerebro son del tipo de "¿Qué le habrá pasado ahora a Lady Gaga?" o "¿Qué opinaría Lady Gaga acerca de esta situación?".

¿Quieren que le confiese algo? Ya ni siquiera estoy pendiente de Britney, quien había sido mi diva favorita de los últimos tiempos.

¿Tendrá cura este mal?

link oficial con su creador original AQUI

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