Lady Gaga ha basado su plan de dominación mundial en fórmulas contrastadas: el transformismo de Bowie, la androginia de Grace Jones y, sobre todo, el ejemplo de otra ítaloamericana con hambre de fama. ¿Debe temblar Madonna?
En la cumbre del universo de la música pop hay una neoyorquina de 24 años que ahora cuenta con las mejores vistas. Se trata de Stefani Joanne Angelina Germanotta , es decir, Lady Gaga, cantante y personaje, o lo que es lo mismo, el nuevo fenómeno baterecords.
¿Pero cómo lo hace para ser la más mencionada y seguida? La revista Time ha puesto a la nueva diva del pop en la lista de las personalidades más influyentes del mundo, mientras su gira, The Monster Ball Tour, ha sido alargada hasta 2011. Su rentabilidad es máxima y los promotores se frotan las manos. "Ha vuelto a poner locura en los escenarios, pero hay que diferenciar a la cantante del personaje", dice el crítico musical Sergio del Amo. Porque la Gaga, que tiene tres discos en el mercado (un álbum debut, una reedición y otro de remixes), prende fuego a su piano en el escenario o recoge un premio MTV ensangrentada.
Suma 'underground'
La nueva diva pop "ha sabido poner de moda elementos muy underground", cuenta Del Amo. Y es que la artista lleva su estética hasta la hipérbole del glam. "Los símbolos kitsch y bizarros, su más que discutida identidad sexual...", explica el crítico haciendo referencia al personaje creado por ella. ¿Pero es su éxito algo original? La historia de Lady Gaga no puede explicarse sin referentes. Sin una especie de fórmula pseudomatemática que daría como resultado a su talento creativo. Porque Lady Gaga ha demostrado ser lista como la que más (compone, canta, diseña, baila y controla su imagen cual mujer de negocios) y saber lo que se cuece en la escena pop y lo que se gestó, sobre todo, en los noventa.
Absorbe modas y en compañía
"Es una figura mediática muy importante: una Madonna o un Jacko. Personajes que rompen, que evolucionan con el tiempo absorbiendo modas y que son capaces de hacerlas llegar a todo el mundo", cuenta Berta Muñoz, analista de tendencias para el estudio Yess! de la empresa de mercados Advira. Y la artista ha sabido con quién juntarse. En el videoclip de su single Telephone comparte protagonismo con Beyonce. El vídeo, estrenado hace dos meses, cuenta con casi 50 millones de visionados (y un product placement constante). "Estoy rodeada de gente maravillosa y creativa", dijo la artista en una entrevista reciente a la CNN.
Y entre esa maravillosa gente está arropada por sus fans: los little monsters, como ella los apoda, a los que les ha dedicado un tatuaje y para los que suele tener palabras de agradecimiento en su Twitter. Unos tweets seguidos por más de cuatro millones de personas. "Su figura sirve de admiración y entretenimiento", comenta la analista. Todo lo que dice o hace sale a la palestra, contando en que lo más excéntrico gana enteros. Porque de ella se ha dicho que es hermafrodita, que tiene pene y que le aterran los fantasmas, pero que uno de ellos, el de su tía, le salvó de las drogas. Mientras, ella se declara bisexual y desprendida con su amasada fortuna. "Me gasto todo el dinero en mis shows" o "yo siempre he sido famosa sólo que ahora lo sabe todo el mundo" son algunas de sus declaraciones.
Provocación como recurso
"Si nos fijamos en la evolución de Madonna encontraremos cómo también utilizó aquello de la provocación, su libro Sex y tanta cultura pop adaptada al mainstream que sólo puede promover el morbo y la curiosidad", explica Muñoz. Y ahora cabría esperar la duración del nuevo y venerado fenómeno pop."El ritmo de sus espectáculos no tiene nada que envidiar a otros. En dos años ya tiene el estatus de superestrella, pero hay que ver qué hace con su nuevo disco", dice Del Amo.
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