Kim Kardashian quiere adelgazar, como sea, antes de su boda. ¿Pero no era súper feliz con sus curvas? ¿No decía que tenía un cuerpazo y que estaba muy orgullosa de él? ¿Acaso no se hizo una radiografía de sus pompis para demostrar que eran reales? ¿En qué quedamos, Kim?
La socialité neoyorquina quiere estar perfecta para el día de su enlace, que se convertirá en el evento social del momento. Para ello, ha empezado a entrenar duro con un entrenador personal, pues quiere perder peso para el día más especial de su vida, como sea.
La celebrity está haciendo un duro trabajo, basado en el entrenamiento de los militares.
"Parece verdaderamente sencillo, pero es un trabajo muy duro" ha declarado para "Us Magazine". Además, la exuberante actriz ha eliminado de su dieta los alimentos con azúcar y los grasos.
Desde luego Kim… ¡no te aclaras! Esperemos que este duro entrenamiento dé sus frutos y puedas lucir tu vestido de novia algo menos ajustado de lo que nos tienes acostumbrados.
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