Los personajes del mundo del espectáculo también la pasan mal cuando el fanatismo toma otro tinte.
Ser famoso no siempre implica tenerlo todo o ser feliz. La fama también tiene toques malos, graciosos e incluso locos. Muchas estrellas del espectáculo han vivido en carne propia el acoso de sus fans, obsesionados hasta el punto de la exageración. Aquí, sólo algunos de los casos más comentados por los paparazzis.
Hasta la muerte. El acosador de Uma Thurman se llama Jack Jordan. Su obsesión lo llevó a acampar en el exterior de la casa de la estrella y dejarle dibujos en los que se mostraba a la actriz cavando su propia tumba. Lo más reciente fue una carta que le envió en la que la amenazaba con suicidarse si ella andaba con alguien más.
Hilary Duff reconoció también ante la justicia y la opinión pública que sufrió el acoso del fan ruso Maksim Myaskovskiy. En 2005, le dijo a la actriz que se suicidaría si no hacía caso. En 2006, lo detuvieron después de averiguar que planeaba matarla en una entrega de premios.
Jodie Foster vivió el acoso de
John Warnock Hinckley. Su fascinación era tal que estaba decidido incluso a matarla. El hombre fue ingresado en un psiquiátrico de alta seguridad.
También ellos. El más conocido y famoso de los casos fue el de John Lennon. El joven que lo asesinó fue Mark Chapman, un esquizofrénico que nunca antes había molestado al artista y que un 8 de diciembre de 1980 le disparó a quemarropa seis balas delante de su casa.
Una alemana llamada Ursula Reichert-Habbishaw tenía tal obsesión por Richard Gere que decidió dejar a su marido y trasladar su residencia a Nueva York para estar más cerca de su ídolo.
Más de mil veces llamó al actor y en seis ocasiones se presentó incluso en su oficina de Nueva York.
2 veces denunció Dessarae Bradford a Colin Farrell por supuesto acoso sexual, sólo para llamar su atención.
La locura traspasó fronteras. En 2002, un fan japonés enloqueció por Britney Spears. Se trataba de un informático millonario que acabó apuntando con un arma de fuego por entre los guardaespaldas de la polémica cantante. Porque mandar obsesivamente fotos con las palabras escritas “te estoy persiguiendo” fue sólo el inicio. El fanático pasó días enteros en las puertas de la casa de Britney en Lousiana y también en su otra residencia de Hollywood. Pero la gota que colmó el vaso fue la visita sorpresa a la vivienda de los padres de la joven estrella del pop.
La “reina del pop”. Pasó tremendo susto cuando un hombre identificado como Robert Dewey Hoskins ingresó en su propiedad e intentó matar a Caresse Henry, el manager de la artista, al decir que le rebanaría el cuello “de oreja a oreja”, al mismo tiempo que amenazaba con asesinar a Madonna si ésta no se casaba con él.
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