The New York Times las ha calificado como un "nuevo movimiento" que engloba a herederas que prefieren el voluntariado y el compromiso a las fiestas y locuras de Paris Hilton, la chica mala de EE UU.
Sus nombres figuran en la lista de Forbes de las 20 herederas más afortunadas en el mundo. Pero ellas quieren desmarcarse de ese título de herederas sin cerebro para ser conocidas por su seriedad y dedicación al trabajo.
Sus apellidos son Trump, como el coloso de las construcciones; Hearst, como el magnate de la prensa dibujado por Orson Wells en Ciudadano Kane; Getty, como el millonario y fundador del Getty Museum, y Bloomberg, como el actual alcalde de Nueva York.
Pero ¿qué es lo que empuja a estas jóvenes mujeres a rechazar la tradición que presenta a las herederas como unas muchachas frívolas que viven en medio del lujo y las compras compulsivas?
"Mis padres me han criado bajo el lema: hay que merecerse todo lo que uno tiene", ha explicado Ivanka Trump en una entrevista con el London Express. "Cuando estaba en secundaria me obligaron a trabajar para pagarme mis gastos extras".
Esta rígida educación parece que ha dado resultado. La heredera de la casa Trump es una empresaria de talento, vicepresidenta de la sociedad de su padre. Eso sí, no puede evitar salir muy a menudo en las páginas de la prensa del corazón, pero por sus actividades benéficas para la infancia.
A pesar de que siendo pequeña jugara "todos los días con Paris", Amanda Hearst dijo no al estilo de vida exagerado de su amiga. Además de haber sido modelo e imagen del diseñador Tommy Hilfiger, la nieta de William Randolf Hearst, es una tenaz activista de Riverkeeper, la organización ambientalista fundada por Robert Kennedy Jr.
Georgina Bloomberg no se puede permitir fiestas: pues es una amazona profesional y posiblemente participará con el equipo olímpico de hípica de EE UU que acudiera a los Juegos de Pekín. Pero en su tiempo libre ha fundado Rider's Closet, una asociación que dona material para la equitación a estudiantes que no se lo pueden permitir.
El alcohol, las drogas y las discotecas tampoco son para Anna Getty, bisnieta de J. Paul Getty, que estudió a la Sorbona de París y ahora es profesora de yoga, disciplina de la que también escribe. En su tiempo libre se dedica a iniciativas ecológicas.
También hay otras jóvenes herederas, quizá menos conocidas pero seguramente más generosas como Karen Pittelman, cantante de un grupo punk, que hace siete años heredó 3,5 millones de dólares y "sólo" se quedó con 15.000, "por si acaso tengo un hijo", se justificó
Marta, la hija de Amancio Ortega al que Forbes sitúa en el puesto 22 de los hombres más ricos del mundo, fue nombrada con 23 años vicepresidenta de las dos sociedades patrimoniales, Gartler y Partler. Pero lo suyo no son funciones ejecutivas.
El camino de la hija menor de Ortega hacia una hipotética presidencia de Inditex puede ser largo. Siguiendo el estilo de su padre, Marta está empezando de cero. Primero en las tiendas Bershka como dependienta doblando camisetas, luego una estancia en los departamentos de administración y en la sección de análisis de ventas y así poco a poco hasta conocer todos los entresijos de los negocios de su padre en todo el mundo.
Marta también huye de la prensa y es muy celosa de su intimidad. En eso tampoco se parece a Paris Hilton.
Sus nombres figuran en la lista de Forbes de las 20 herederas más afortunadas en el mundo. Pero ellas quieren desmarcarse de ese título de herederas sin cerebro para ser conocidas por su seriedad y dedicación al trabajo.
Sus apellidos son Trump, como el coloso de las construcciones; Hearst, como el magnate de la prensa dibujado por Orson Wells en Ciudadano Kane; Getty, como el millonario y fundador del Getty Museum, y Bloomberg, como el actual alcalde de Nueva York.
Pero ¿qué es lo que empuja a estas jóvenes mujeres a rechazar la tradición que presenta a las herederas como unas muchachas frívolas que viven en medio del lujo y las compras compulsivas?
"Mis padres me han criado bajo el lema: hay que merecerse todo lo que uno tiene", ha explicado Ivanka Trump en una entrevista con el London Express. "Cuando estaba en secundaria me obligaron a trabajar para pagarme mis gastos extras".
Esta rígida educación parece que ha dado resultado. La heredera de la casa Trump es una empresaria de talento, vicepresidenta de la sociedad de su padre. Eso sí, no puede evitar salir muy a menudo en las páginas de la prensa del corazón, pero por sus actividades benéficas para la infancia.
A pesar de que siendo pequeña jugara "todos los días con Paris", Amanda Hearst dijo no al estilo de vida exagerado de su amiga. Además de haber sido modelo e imagen del diseñador Tommy Hilfiger, la nieta de William Randolf Hearst, es una tenaz activista de Riverkeeper, la organización ambientalista fundada por Robert Kennedy Jr.
Georgina Bloomberg no se puede permitir fiestas: pues es una amazona profesional y posiblemente participará con el equipo olímpico de hípica de EE UU que acudiera a los Juegos de Pekín. Pero en su tiempo libre ha fundado Rider's Closet, una asociación que dona material para la equitación a estudiantes que no se lo pueden permitir.
El alcohol, las drogas y las discotecas tampoco son para Anna Getty, bisnieta de J. Paul Getty, que estudió a la Sorbona de París y ahora es profesora de yoga, disciplina de la que también escribe. En su tiempo libre se dedica a iniciativas ecológicas.
También hay otras jóvenes herederas, quizá menos conocidas pero seguramente más generosas como Karen Pittelman, cantante de un grupo punk, que hace siete años heredó 3,5 millones de dólares y "sólo" se quedó con 15.000, "por si acaso tengo un hijo", se justificó
Marta, la hija de Amancio Ortega al que Forbes sitúa en el puesto 22 de los hombres más ricos del mundo, fue nombrada con 23 años vicepresidenta de las dos sociedades patrimoniales, Gartler y Partler. Pero lo suyo no son funciones ejecutivas.
El camino de la hija menor de Ortega hacia una hipotética presidencia de Inditex puede ser largo. Siguiendo el estilo de su padre, Marta está empezando de cero. Primero en las tiendas Bershka como dependienta doblando camisetas, luego una estancia en los departamentos de administración y en la sección de análisis de ventas y así poco a poco hasta conocer todos los entresijos de los negocios de su padre en todo el mundo.
Marta también huye de la prensa y es muy celosa de su intimidad. En eso tampoco se parece a Paris Hilton.
Fuente: diario El País de España
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En las fotos: Amanda Hearst
En los Videos: Ivanka Trump
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