Aunque no utiliza una red de satélites como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés), la tecnología desarrollada por los expertos españoles puede tener hasta 53.000 sensores conectados entre sí en una red y ubicar a personas en túneles o dentro de edificios.Al mejor estilo del Superagente 86, investigadores en Salamanca están trabajando en un sensor que pueda ser colocado en la suela de los zapatos. De esa forma, se puede determinar la posición de una persona.Actualmente, el dispositivo, que es del tamaño de una caja de fósforos, se puede llevar en un bolsillo y en el cinturón. "Es una alternativa a los sistemas como el GPS en aquellos lugares donde no son capaces de funcionar adecuadamente, como interiores o espacios pequeños.
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