Los Príncipes de Asturias comenzaron este lunes su primera visita oficial, que durará cuatro días, a Israel y Territorios Palestinos, donde fueron recibidos con todos los honores. El motivo de tal evento es conmemorar el 25º aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países y la Princesa Letizia volvió a deslumbrar con sus modelitos.
Tras su llegada a la sede presidencial de Jerusalén, Don Felipe y Doña Letizia, ataviada con un acertadísimo, como siempre, conjunto cómodo, elegante y muy primaveral en color blanco, disfrutaron de una intensa mañana. En primer lugar visitaron el Museo Yad Vashem, en memoria de los héroes y mártires del holocausto.
Los Príncipes de Asturias pudieron ver recreado el horror de los campos de exterminio y quedaron impresionados por la sala de los nombres donde se conservan los datos personales de unos dos millones de víctimas, aportados por sus seres queridos, antes de acceder a la denominada cripta del recuerdo.
En esta espaciosa sala de piedra y techos bajos, que reproduce un horno crematorio y donde permanentemente arde una llama votiva, el Príncipe Felipe, que cubrió su cabeza con una kipá en señal de respeto, y la Princesa Letizia fueron recibidos por el cántico Camino Cesaria, a cargo del coro de voces infantiles Ancor.
El Príncipe de Asturias se lanzó a pronunciar un emotivo discurso: "No bastan las palabras para describir el escalofrío de horror que el corazón del hombre experimenta bajo las bóvedas de este memorial, que describen tan bien cómo el sol que oscureció sobre la humanidad en aquellos aciagos días en que al pueblo judío le fue negado el derecho de existir".
"Pero sí debe haberlas para proclamar, como lo hace España, un compromiso universal con el recuerdo imperecedero de los millones de almas judías cruelmente arrancadas a la vida. Y también para transmitir a las generaciones futuras, siguiendo el ejemplo de los justos entre las naciones, el valor en todo momento y lugar de la vida, de la libertad y de la dignidad del ser humano, sin importar su raza, género, religió o nación", terminó diciendo.
PRÓXIMA PARADA: TEL AVIV
A 60 kilómetros de Jerusalén, en el Centro Isaac Rabin de Tel Aviv, los Príncipes conocieron, ya por la tarde, un Israel muy distinto: el de la modernidad y la alta tecnología. Tras recorrer una exposición sobre diseño digital, en la que colabora un Instituto Catalán, debatieron en inglés con estudiantes e investigadores.
"Sois la mejor razón para el optimismo, los mejores representantes de un futuro prometedor", les dijo Don Felipe en el mismo recinto universitario donde había jóvenes vestidos de uniforme militar y fusil en ristre, como prueba de que Israel es un país en permanente estado de guerra.
Después, los Príncipes de Asturias se mostraron cercanos a los españoles residentes den Israel. Los herederos a la corona se reunieron con la colonia española que vive en este país para conmemorar el 25 aniversario de las relaciones diplomáticas.
"Contribuís así al actual prestigio de lo español en Israel que se manifiesta en facetas tan variadas como el atractivo de nuestra costa mediterránea para los viajeros isralíes, a su simpatía por nuestras costumbres y modo de vida y, como no, en la admiración por los logros de nuestros deportistas", destacó Felipe.
"Sabemos que tenéis a España en vuestros corazones y, verdaderamente, nos emociona compartir con vosotros estos momentos. Os saludamos a todos con gran afecto y permitidnos aprovechar esta oportunidad para dedicar un saludo particular a la comunidad española de origen sefardí, que preserva a través de su cultura centenaria el legado de la edad de oro de los judíos españoles", recalcó el Príncipe.
EL BROCHE DE ORO A LA PRIMERA JORNADA
Los Príncipes de Asturias terminaron la primera jornada de su agenda con una cena en el palacio presidencial, en Jerusalén, que el mandatario de Israel, Simón Peres, ofreció en su honor. A la misma también asistieron varios cargos políticos israelíes y la ministra de Asuntos Exteriores de nuestro país, Trinidad Jiménez.
Una vez más, Doña Letizia hizo gala de su elegancia con un vestido de color nude, largo hasta la rodilla y de manga francesa, con adornos en pedrería plateada y sandalias de tacón del mismo color. La Princesa de Asturias volvió a sacar partido de su armario, puesto que este mismo traje lo llevó en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias de 2007 y en los Premios Internacionalización del mismo año.
Pero lo que más llamó la atención de su look fue su original peinado: una moderna trenza de espiga a un lado. Don Felipe, por su parte, defendió "la convivencia de Israel con todos los estados árabes vecinos, incluido el Palestino, en condiciones de armonía, plena seguridad y reconocimiento de la legitimidad del otro".
"Solo hay un modo radical, más eficaz que cualquier coraza, de defender la integridad de la vida humana ante la amenaza de la guerra y la violencia: la paz", destacó Don Felipe.
Via Europapress