Vestidos, joyas, peinados, sandalias, maquillaje... y flashes, muchos flashes. YO DONA ha vivido un día con Elsa Pataky en el Festival de Cannes, donde ha presentado su nueva película, 'Máncora'.
La actriz española más mediática -con permiso de nuestra gran Pe- llegó a la Riviera francesa del brazo de su novio, Adrian Brody, y con mil compromisos que cumplir, como las auténticas estrellas.
La pareja, que permanecerá en Cannes hasta el jueves próximo, se aloja en el hotel 3.14. Además de promocionar su película, Elsa es imagen de la firma de alta joyería Chopard. Pero la decena de agentes que la acompaña a todas partes la convierte en la mujer-anuncio a cada minuto: "Al llegar al vestíbulo, ponte estas gafas", "Cuando haya fotógrafos, estas otras..."
La cita con YO DONA -será la portada del número 161 de nuestra revista- era a las 12. Los primeros pasos fueron maquillarla y peinarla para la sesión de fotos que llegaría después. La encargada fue Beatriz Matallana, amiga de la actriz desde los tiempos en que esta era novia del motoclicista Fonsi Nieto. Y es que la maquilladora es, a su vez, la novia del hijo de Ángel Nieto. La conversación entre ambas, como no podía ser de otro modo, transcurrió en torno a un único tema: las motos.
La simpatía de Pataky continuó después de que hicieran su entrada en la habitación los representantes de Roberto Cavalli, que llevaban algunos de los vestidos que va a lucir estos días. Su estatura escasa requirió diversos arreglos en los trajes, pero sus curvas perfectas lograron que, al final, todo le sentara como un guante. La elección no fue difícil: para el estreno de 'Indiana Jones', un vestido túnica, pieza hecha especialmente para el festival, y en el pelo una trenza que realzase la reminiscencia griega del modelo.
Concluida la sesión de maquillaje, peluquería y vestuario, el equipo de YO DONA y Elsa Pataky salieron del hotel Carlton para dirigirse a la terraza del 3.14, donde iban a hacerse las fotos. La nube de fotógrafos que se lanzó tras ella fue enorme. Ella, con un minivestido negro y una bomber de cuero del mismo color, tuvo sonrisas y poses para todos.
Ya en la terraza, a la actriz se le iluminó la cara cuando vio aparecer a su chico, Adrian Brody. "It's my turn", dijo el actor, y como hijo de la fotógrafa Sylvia Plachy que es, cogió la cámara e hizo su propia sesión de fotos. Aunque no dicen ni una palabra sobre su vida palabra, las miradas y los besos que se prodigan dejan claro que siguen superenamorados.
La pareja, que permanecerá en Cannes hasta el jueves próximo, se aloja en el hotel 3.14. Además de promocionar su película, Elsa es imagen de la firma de alta joyería Chopard. Pero la decena de agentes que la acompaña a todas partes la convierte en la mujer-anuncio a cada minuto: "Al llegar al vestíbulo, ponte estas gafas", "Cuando haya fotógrafos, estas otras..."
La cita con YO DONA -será la portada del número 161 de nuestra revista- era a las 12. Los primeros pasos fueron maquillarla y peinarla para la sesión de fotos que llegaría después. La encargada fue Beatriz Matallana, amiga de la actriz desde los tiempos en que esta era novia del motoclicista Fonsi Nieto. Y es que la maquilladora es, a su vez, la novia del hijo de Ángel Nieto. La conversación entre ambas, como no podía ser de otro modo, transcurrió en torno a un único tema: las motos.
La simpatía de Pataky continuó después de que hicieran su entrada en la habitación los representantes de Roberto Cavalli, que llevaban algunos de los vestidos que va a lucir estos días. Su estatura escasa requirió diversos arreglos en los trajes, pero sus curvas perfectas lograron que, al final, todo le sentara como un guante. La elección no fue difícil: para el estreno de 'Indiana Jones', un vestido túnica, pieza hecha especialmente para el festival, y en el pelo una trenza que realzase la reminiscencia griega del modelo.
Concluida la sesión de maquillaje, peluquería y vestuario, el equipo de YO DONA y Elsa Pataky salieron del hotel Carlton para dirigirse a la terraza del 3.14, donde iban a hacerse las fotos. La nube de fotógrafos que se lanzó tras ella fue enorme. Ella, con un minivestido negro y una bomber de cuero del mismo color, tuvo sonrisas y poses para todos.
Ya en la terraza, a la actriz se le iluminó la cara cuando vio aparecer a su chico, Adrian Brody. "It's my turn", dijo el actor, y como hijo de la fotógrafa Sylvia Plachy que es, cogió la cámara e hizo su propia sesión de fotos. Aunque no dicen ni una palabra sobre su vida palabra, las miradas y los besos que se prodigan dejan claro que siguen superenamorados.
Fuente: diario El Mundo de España - www.elmundo.es
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